El día 18 de agosto tuve el honor de recibir un premio de relato corto en Oliete (Teruel).
Es la primera vez.
Pero hubo otro premio tanto o más importante: encontrarme con gente tan hospitalaria y acogedora. Gente que, sin conocerte de nada, te tiende los brazos y trata por todos los medios que te sientas como en tu casa. Y lo consiguen.
Gracias a Fernando Aínsa, Pilar Aguarón, Pilar Carbonell, Azucena Tejedor...
Regresar con el corazón lleno y la sonrisa en la cara, ese es el verdadero premio.